La última de Soraya no ha podido disimularla como todas las anteriores. Ha puesto al Gobierno en rebeldía. No dará cuentas a las cámara. Algo que roza la ilegalidad y que constituye una torpeza política de primer orden. Varios ministros han puesto, con razón, el grito en el cielo. En la Podenoticia la condena a Rita Maestre.
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