lunes, 19 de septiembre de 2016

No, Putin no tiene nada de admirable


Ayer se celebraron elecciones legislativas en Rusia. El partido de Putin, Rusia Unida se llama, volvió a arrasar como de costumbre. La democracia en Rusia es más una ficción que una realidad, y no solo por las repetidas acusaciones de fraude electoral, sino por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos y el espíritu abiertamente belicista de su Gobierno. Pero, a pesar de ello, Vladimir Putin levanta pasiones en cierta derecha conservadora en los países occidentales, incluida España. Una admiración inmerecida porque con que aquí un político hiciese solo una cuarta parte de lo que Putin hace en Rusia todos los años pediríamos su dimisión en el acto, y los primeros en hacerlo serían los que aquí tanto le alaban.


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