miércoles, 7 de diciembre de 2016

El suflé chino se desinfla

Donald Trump lleva unos días provocando roces con China. Primero a causa de una conversación telefónica con la presidenta de Taiwán y después por un tuit en el que recriminaba a Pekín su política económica. Trump es impulsivo e insensato, pero no tonto. Sabe que China no atraviesa su mejor momento, que los planes de estímulo del Gobierno han fracasado y que actualmente el país navega a la deriva en un océano de deuda que no hace sino agrandarse. La fortaleza china es más de fachada que real y Trump está al tanto de ello.



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